lunes, 11 de abril de 2011

MICRO RELATO, TELEDIARIO

Cambié la pila de mi reloj de pulsera, que se había parado. Pero seguía sin funcionar; lo llevaría en la tarde a la relojería. Estaba  viendo el telediario, cuando observé que el reloj del televisor tampoco funcionaba. Me quede helado. Al mismo tiempo el presentador estaba dando el nombre del fallecido. Era mi nombre.

2 comentarios:

  1. Pues vaya faena! tener que enterarse por la tele que estás muerto. :)

    ResponderEliminar
  2. Ha sido helador, yo hubiera gritado incluso muerta. Un beso Alberto.

    ResponderEliminar